La economía doméstica en Argentina atraviesa un período de tensión tras confirmarse que la morosidad de las familias alcanzó en octubre su duodécimo mes consecutivo en alza. Según datos del Banco Central (BCRA), el ratio de irregularidad en los créditos trepó al 7,8%, marcando un récord histórico desde que se inició el registro en 2010. Este fenómeno estuvo traccionado principalmente por el incumplimiento en préstamos personales y tarjetas de crédito, sectores que registraron los incrementos interanuales más pronunciados.
El desglose del informe técnico revela que casi uno de cada diez préstamos personales se encuentra en situación de mora, alcanzando un nivel del 9,9%. Por su parte, el financiamiento mediante tarjetas de crédito mostró un deterioro que ubicó su irregularidad en el 7,7%. En contraste, los préstamos hipotecarios se mantuvieron como el segmento más estable con apenas un 1% de morosidad, mientras que el sector empresarial también mostró un alza en su ratio de incumplimiento, pasando del 0,7% al 1,9% en el último año.

En este contexto económico, un reciente relevamiento de la consultora Trends muestra una paridad significativa en la percepción pública de los dirigentes nacionales. El presidente Javier Milei encabeza el ranking con un 50,5% de imagen positiva, seguido muy de cerca por el exsenador Esteban Bullrich, quien se posiciona con un 50,2%. El informe destaca que, a pesar de las dificultades financieras de los hogares, cinco de los siete dirigentes con mejor valoración pertenecen o son aliados estrechos de la actual gestión oficialista.
No obstante, el estudio también advierte sobre altos niveles de rechazo para figuras centrales del entorno presidencial. Victoria Villarruel, Santiago Caputo y Karina Milei registran una imagen negativa que supera el 50%, situándose por debajo de otros referentes como Manuel Adorni o Luis Caputo, quienes mantienen saldos más equilibrados. En el espectro opositor, la situación es aún más compleja, con Axel Kicillof y Cristina Kirchner enfrentando niveles de rechazo del 56% y 61%, respectivamente, lo que condiciona su posicionamiento electoral.
La combinación de estas variables refleja un escenario social de fuerte dualidad al cierre de 2025. Mientras los indicadores de consumo y crédito muestran signos de agotamiento financiero por el aumento de la deuda privada, el núcleo duro del oficialismo sostiene su base de apoyo frente a una oposición que no logra reducir sus niveles de negatividad. Los analistas observan con atención si el alivio en las tasas de interés verificado tras las elecciones legislativas logrará revertir la tendencia de morosidad en los próximos meses.






